sábado, 7 de octubre de 2006

Cuando se te apaga la existencia...




Apatía, desgana, tristeza... son más que palabras, son estados de ánimo por los que todos pasamos alguna que otra vez, y que nunca conseguimos arreglar por nosotros mismos, sino que esperamos a que desaparezcan por si solos. Esta situación no sabemos cuanto puede durar, pero desgraciadamente cabe la posibilidad de que sea para largo. ¿Por qué nos dejamos influir por todo?, quiero decir... muchas veces, esos pesares que acaecen sobre nuestros hombros no los hemos impuesto nosotros, sino que se deben a alguna causa externa... una amistad perdida, algún ser querido enfermo, una muerte, un amor no correspondido... no somos capeces de "desconectar" y dejar de sentir, y es por eso que todo se vuelve gris y repetitivo, yéndose así toda estimulación o motivación para seguir adelante. Pongamos el ejemplo del amor: El amor, para muchos (me incluyo en el grupo) es lo mas maravilloso del mundo... pero también puede ser lo peor que te puede pasar. Es esa sensación de fragilidad e impotencia la que nos "mata" por dentro... y solo hay una solución, la que te dice todo el mundo... OLVIDAR... pero aunque sabes que es lo único que puedes hacer no quieres: ¿por qué has de olvidar algo de tu vida? algo que seguramente te ayudará a cometer menos errores. Simplemente hay que dejar que todo lo que nos amedrenta se difumine en un renacer, un "volver a empezar" en el que todo es y será diferente. Bonito, ¿verdad? ¿será tambien posible, o sólo es una utópica ilusión que nos emula la posibilidad de salir adelante? Sea lo que sea, creo que es lo único que se puede hacer... y yo... estoy en ello...

Lejos de Tí (Saratoga)

1 comentario:

NYPD dijo...

hasta en esos momentos, en esas situaciones, el no desconectar los sentimientos hay algo positivo que aprender, lo que no nos mata, nos hace más fuertes, gran verdad, aprender de la experiencia, adquirir herramientas capaces de solventar situaciones similares en el futuro, todo tiene un lado positivo, a veces no se ve, pero está ahi...