jueves, 5 de octubre de 2006

Ya no hay fraternidad.












El ser humano tiende hacia la individualización de una manera alarmante a la vez que asquerosa. Alguna vez os habréis encontrado en medio de alguna situación embarazosa en la cual algún semejante (o vosotros mismos) pide ayuda ante alguna situación difícil o tal vez ante alguna injusticia.
Es triste comprobar la presteza con la que la gente "mira hacia otro lado" y pasa de todo.
Lo peor es que esto no solo sucede con las cosas más triviales, sino que ante graves problemas que serían fáciles de solucionar con un poquito por parte de todos, también ocurre.
A veces reconozco que yo me incluyo en este paquete de gente. Siempre tienes pensamientos egoístas, piensas que prefieres quedarte en el anonimato antes de que la mierda te salpique... ese pensar "mejor ese marrón a otro que no a mi". Es triste pero cierto, en estos tiempos que corren.
También tienen parte (o gran parte) de culpa esa gente que trata de aprovecharse de los "buenos samaritanos", montando situaciones dantescas que son fictícias para luego dartes el palo.
En fin, todo contradicción, si haces porque haces, si no haces, porque no haces.
Así es la vida, la sociedad, en nuestras ciudades nodrizas.
Solo somos números, elementos productivos para los paneles sin rostro.
Cada vez el ser humano se deshumaniza más, ya nada sorprende, ya nada provoca una reacción en cadena, y si eso sucede alguna vez, lo achacamos siempre a un "lavado de cerebro".
Vivir para ver. Asi somos, ni más ni menos.
Esta ha sido mi pequeña reflexión "vox populi" de hoy.
Hay que ser más humanos. Hay que tender la mano.
Un saludo a todos.

En la ciudad del viento (Quique González)

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